Felipe Matto - Amargarse la vida es facil


Hay personas que se instalan perpetuamente en la amargura, en la tristeza, el pesimismo y el desinterés. La pregunta es si esto es el resultado de acumular situaciones de disgustos, mala suerte, decepciones, desengaños y fracasos a lo largo de toda una vida o si mas bien se trata de una opción voluntariamente elegida.

Cuantos de nosotros conocemos a personas que tienen todo para ganar, que tienen todo para tener un trabajo maravilloso, una familia perfecta, hijos extra-ordinarios, gente que tiene todo para vivir una vida sin complicaciones, pero de alguna manera se las ingenian para estropearlo todo de la peor manera posible.

Aunque también hay que reconocer que existen personas a las que nada parece salirles bien, que nacieron con el viento en contra pero encima ellos se encargan de empeorarlo.

Todo conocemos a personas que siempre encuentran el lado negativo de todo lo que le sucede a su alrededor:

Son los pesimistas tenaces

Cualquiera de nosotros tiene motivos para preocuparse o entristecerse. Pero estropearse la vida a propósito es una habilidad que se aprende, no es suficiente con sufrir experiencias negativas. Lo peor es que quienes se empeñan en ver el lado negativo de las cosas, además de convertirse en personas infelices, tienen una penosa facilidad para amargar la vida de quienes tienen al lado, especialmente si las victimas son niños o jovenes o dependen emocionalmente de la persona siempre insatisfecha.

Que cosas condicionan y atemorizan nuestras vidas?

Las experiencias desagradables tienden a amarrarnos al pasado y a inhibirnos el futuro.

Desempeñan el papel de víctima en una forma de comunicación interpersonal en la que (casi siempre para captar la energía y atención ajenas), asumen o varios de estos roles:
1. El de perseguidor, que hace de malo, interroga y es percibido como un listo que lo sabe todo y castiga y/o humilla a quienes cree que se equivocan;
2. El de salvador, que busca que le reconozcan su papel bondadoso pero que a la vez nos pasa constantemente facturas de cuanto hace.
3. y el de victima, cuyo planteamiento de supervivencia y comunicación es dar lástima a los demás, captando su atención mediante la exhibición de su sufrimiento.

Consejos que no fallan para vivir en la amargura y la infelicidad.

1. crearse problemas, y si no tienes bastante con los tuyos asume como propios los de los demás. Llena tu vida de complicaciones reales o ficticias y concede gran importancia a todos los sucesos negativos.
2. Piense que siempre tiene la razón. Todo es blanco o negro, y solo existe una verdad absoluta: la suya. Rechaza de entrada lo que digan los demás, incluso cuando pueda aportarte algo positivo. Si la idea o propuesta no es 100% tuya, deséchala, seguro que a tu criterio no vale la pena.
3. Viva obsesionado. Elige un acontecimiento suficientemente negativo de tu memoria y conviértelo en un recuerdo imborrable y tráelo a tu mente una y otra vez, hasta que solo vivas para pensar en ellos. Así, las dificultades cotidianas no absorberán tu atención.
4. El presente no merece la pena, piensa siempre en el futuro. Aplaza el disfrute de los placeres de este o aquel momento, porque no puedes saber lo que te deparará el futuro. Confórmate con lo malo conocido y no te arriesgues ante lo bueno por conocer. Tortúrate pensando en todo lo negativo que te podría ocurrir dentro de unos años.

Obviamente, si querés empezar a transitar un camino de alegría y felicidad deberás hacer todo lo contrario a esos 4 consejos.

Felipe Matto
Coach Empresarial
felipematto@gmail.com

carla@mundoeva.com

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